Fidel
Castro contrató una de las mejores agencias de relaciones públicas para
presentar su nuevo gobierno a los Estados Unidos, y solicitar de paso
asistencia financiera.
El líder cubano se mostró adorable con la prensa
norteamericana, respondía a sus preguntas impertinentes en tono de broma, comía
en público hot dogs y hamburguesas, y hasta se dio el lujo de dejar una ofrenda
floral en el Lincoln Memorial y de visitar el mausoleo de George Washington. Su
figura uniformada junto con su desaliñada barba pronto se volvieron populares
en los medios, quienes lo presentaron al gran público como un auténtico héroe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario