El muro de Berlín, bautizado oficialmente como “Muro de
Protección Antifascista” por la República socialista Democrática Alemana o RDA,
fue erigido el 13 de agosto de 1961 por el bloque soviético presuntamente para
proteger a su población de supuestos elementos fascistas que pudieran conspirar
para evitar la voluntad popular de construir un estado socialista en Alemania
del Este.
Pero la verdadera
razón fue otra. Hasta ese día, casi tres millones de alemanes del Este habían
abandonado el Estado comunista para refugiarse en la República Federal Alemana,
una huida masiva que resultaba verdaderamente insoportable para los comunistas,
ya que afectaba gravemente a las estructuras social y económica de la RDA por
un doble motivo: por la sangría demográfica que suponía y porque, en general,
quienes abandonaban el país eran los profesionales más cualificados.
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